La misión Juno de la NASA ha observado extrañas auroras en los polos de Júpiter que se cree que están causadas por partículas cargadas procedentes del borde de la magnetosfera del planeta, según los datos proporcionados por la nave.
Emisiones fotografiadas por en Júpiter
El fenómeno fue captado por el espectrógrafo ultravioleta (UVS) de la nave espacial, que mostró que las auroras son emisiones brillantes y tenues en forma de anillo que se extienden a velocidades de unos 3,3 y 7,7 kilómetros por segundo.
Vincent Hue, autor principal de la investigación, explicó en un comunicado que los expertos creen que las partículas responsables de la aurora se producen a millones de kilómetros de Júpiter, más concretamente entre el viento solar y la magnetosfera de Júpiter.
Hue dijo que el viento solar está formado por partículas cargadas emitidas por el Sol que crean una corriente supersónica y llegan a Júpiter, pero aún no se entiende con precisión cómo interactúan con la magnetosfera.
Algunas características de su aurora
En comparación con la magnetosfera de la Tierra, la de Júpiter es 20 000 veces más fuerte, lo que le permite desviar los vientos solares a una distancia de 6 millones de kilómetros.
Bertrand Bonfond, coautor de la investigación, dijo que el hecho de que las auroras se concentren en las latitudes del planeta revela que las emisiones provienen de partículas de la magnetosfera de Júpiter.
Además, la forma del anillo se debe a la interacción entre las partículas de la magnetosfera de Júpiter y el plasma del viento solar. Esta característica en forma de anillo también se conoce como inestabilidades Kelvin Helmholtz.
Por otro lado, el efecto auroral detectado por Juno podría ser, dicen, el resultado de eventos de reconexión magnética en el lado diurno, cuando los campos magnéticos interplanetarios convergen, cambian de organización y se conectan.